Perlita es una niña hermosa, con un gran corazón, como todas las niñas, niños y adolescentes, apenas tiene 8 años, y se siente orgullosa de ser hija de estas hermosas tierras norteñas, es muy estudiosa, está encantada de haber aprendido a leer y a utilizar las tecnologías de la información, estudia en una escuela primaria pública, ahí le enseñaron a utilizar la computadora y el internet, mismas que le han servido para estudiar y adquirir conocimientos.

Un lunes, Perlita se alistó muy contenta para ir a su escuela. Ese día, como todos los inicios de semana, se llevó a cabo la celebración del saludo solemne a nuestra Bandera Mexicana. Perlita; entusiasmada acudió a esta celebración que se realiza siempre en la explanada de la institución educativa a la que asiste y empezó a observar como todas las niñas y todos los niños se hacían parte del evento cívico de manera respetuosa. Mientras observaba detenidamente cada participación durante los honores, descubrió que era una gran responsabilidad acudir a la escuela, ser disciplinada, perseverante, respetuosa, hacer sus tareas, comer saludable y esforzarse más cada día porque en un futuro no muy lejano, trabajará por Chihuahua y por la Nación Mexicana.

No era un día como todos porque ella había decidido observar todo lo que veía a su alrededor hasta entenderlo y saber su razón de ser.

Al llegar a casa, nuevamente se dedicó a observar su entorno; entonces, fijamente miro con asombro y detenimiento un chorro de agua que corría desde la llave que su mamá tenía abierta para llenar la jarra en la que prepararía la bebida de limón, para acompañar los alimentos, para luego con voz de asombro preguntarle: – ¿Mami por qué tenemos agua? A lo que su mamá respondió: – El agua es un recurso natural y un derecho humano que nos mantiene con vida a todos los seres vivos, gracias a que nos permite hidratarnos, bañarnos, limpiar nuestra casa, y cuesta mucho trabajo que llegue a nuestro hogar.

¡Por ello debemos cuidarla mucho! Ahí perlita se dio cuenta que tener agua es un derecho y una gran responsabilidad su cuidado.

Por la tarde, después de hacer su tarea, Perlita salió a jugar a la calle con sus amigas y amigos que viven en la misma colonia que ella. A las dos horas regreso a su casa para alistar su uniforme, cenar y dormir para al día siguiente acudir a clases descansada y preparada para aprender cosas nuevas en compañía de sus compañeras y compañeros de clase; pero antes de dormir su mamá como todas las noches se acercó a su cama para darle su beso de las buenas noches y en ese momento Perlita decide comentarle: -Mami este día es muy especial porque he aprendido que salir a jugar es un derecho, pero es mi responsabilidad respetar a mis amigas y amigos, sus juguetes, y el horario que me has fijado para que salga a divertirme. Su mamá con cara de asombro respondió: – Tienes razón hijita recrearte, jugar es un derecho que tienes. Descansa mañana será un gran día acudirás a una visita, tu maestra los llevará a la Comisión Estatal de los Derechos Humanos.

¿Qué es la Comisión Estatal de los Derechos Humanos? Pregunta Perlita con gran inquietud.

Es un lugar maravilloso, ahí trabajan las y los Servidores Públicos que protegen y defienden los derechos humanos que tenemos todas las personas.

Por la mañana Perlita sus compañeros y compañeras llegan a la Comisión Estatal de los Derechos Humanos, ahí conocieron una ciudad espectacular donde se puede vivir la paz, la legalidad y los valores, Tamborilandia creada en la imaginación de un niño que como todos aprendió los Derechos Humanos en su escuela, Deni, ese es su nombre, el cual decidió que no viviría solo, por ello creo en su mente a sus amigos: Diafi, una niña atrevida, audaz que siempre analiza las situaciones que se le presentan. Drumpi, un niño chaparrito, su piel es de color azul. Mechan, un adulto que su tarea es enseñar a las niñas y niños el bien y el mal. Mome, es un niño muy testarudo y travieso, cumple siempre con sus tareas y hace muchas cosas buenas por los demás. Moyo, Tiene pecas en su cara y tartamudo al hablar, su piel es de color naranja, es muy curioso y preguntón. Tary, un niño que nació en la Sierra de Chihuahua y siempre está entusiasmado por aprender para llegar a ser un profesionista, el promueve el dialogo intercultural entre las niñas y los niños de Tamborilandia, Zita, Es una niña dulce y apreciable ama la naturaleza y los animales, las flores y las plantas ella es una niña preocupada por el planeta.

Perlita al ver que todos son tan diferentes y grandes amigos, entendió que nadie puede ser discriminado por su forma de ser, por el color de su piel, por su forma de pensar, además de que es una gran responsabilidad respetar a todas y a todos los ciudadanos que viven en su ciudad. Feliz de conocer la Comisión Estatal de los Derechos Humanos y la ciudad de Tamborilandia y sus habitantes, Perlita regresa a su casa.

Al llegar, su mamá le pregunta a Perlita: ¿Cómo te fué en la visita a la Comisión Estatal de los Derechos Humanos?

Mami nos fue excelente, me enseñaron que todas las niñas y todos los niños del mundo somos titulares de derechos humanos, los cuales son derechos que tenemos por el simple hecho de ser personas, además los valores como; la justicia, la inclusión y las responsabilidades de nuestros actos.

Por la tarde Perlita acudió a jugar y a leer con sus amigas y amigos de su calle, en ese momento una niña le quitó su libro a otra niña, lo cual molestó demasiado a Perlita, por ello decidió explicarle a sus amigas y amigos que se debe de respetar las posesiones de los demás.

Al día siguiente mientras Perlita y su mamá se trasladaban en su auto a la escuela, escucharon en la radio un noticiero donde informaban que Chihuahua, tenía situaciones que resolver; crisis sociales y cumplimiento de las leyes.

A lo cual Perlita decidió preguntarle a su mamá;
¿Mamá tenemos que ser buenas niñas y buenos niños para que cuando crezcamos seamos unas excelentes ciudadanas y ciudadanos y podamos conducir la vida y el destino de nuestras hermosas tierras norteñas?

Así es Perlita – respondió su mama, ejercer nuestros derechos y cumplir con nuestras responsabilidades, nos hará ser unas y unos excelentes Chihuahuenses.

Ante esto Perlita exclamo; ¡Si mamá; he aprendido que es una tarea de todas y de todos respetar los derechos humanos!

¡Me siento orgullosa de ser hija de estas hermosas tierras norteñas!