Por primera vez en su historia, la Comisión Estatal de los Derechos Humanos de Chihuahua comparte un fragmento del archivo fotográfico que se ha conformado durante las supervisiones realizadas a los Ceresos femeniles y varoniles de la entidad. La intención, es tender un puente entre la vida cotidiana de quienes cumplen una sentencia al interior de dichos centros y quienes viven, fuera de éstos.

Laberinto entre luz y sombras

Cada testimonio es una grieta en los muros. Las personas privadas de la libertad no son cifras ni sombras, son seres humanos de carne y hueso, portadoras y portadores de historias que forman parte del retrato de nuestra sociedad.

En sus recuerdos se dibujan laberintos, infancias rotas, traiciones, aunque también hay quienes abrazan con orgullo su destino insurrecto. ¿Fue mi decisión? ¿Cómo volver a confiar en mí? ¿Cómo enfrentar un mundo que me espera con desconfianza?

A su pesar, el tiempo continúa fluyendo dentro de esas paredes. Estas imágenes son un caleidoscopio a donde pocas veces miramos: la humanidad persiste como una semilla esperando ser plantada.

Afortunadas son aquellas, a las que alguien espera detrás del muro. “Mi familia es muy unida y nunca me han dejado caer, aunque he estado aquí después de tanto tiempo”.

El miedo a salir del Cereso se escabulle e inunda sus pensamientos. “No tengo las herramientas para enfrentarme al mundo y evitar caer en la misma situación”.

Algunos días la esperanza nace como una raíz, donde se escuchan pequeños pasos, pero ser madre no es fácil: “un bebé requiere siempre de cosas para su cuidado como, medicina, pañales y leche”. “Me dijeron que mi hijo podrá permanecer conmigo, aquí dentro, hasta los tres años de edad”.

Las redes de convivencia y apoyo son un refugio para quienes han sido abandonadas o para quienes, debido a la falta de recursos, perdieron contacto con su familia.

Controlar las emociones es una lucha incesante. “El error es de uno mismo, pero nadie nos guía más allá de nosotros. En el corazón no se manda, pero en la mente sí nos trastorna”.

En algunos Ceresos existen áreas especiales para adultos mayores o para quienes viven con alguna discapacidad. “Yo veo con el bastón y paso la mayoría del tiempo en el jardín. Por lo mismo nos tienen aquí, para no irnos a dar un golpe”.

Cuando termine su sentencia le gustaría sembrar maíz, frijol, verdura, pepino y todo lo que se da en la Sierra Tarahumara. Su familia, recuerda, se lleva bien con él.

“Hay ocasiones en que te da el carcelazo. Abres los ojos y ves al mismo compañero a un lado, ves al de arriba y dices chingada, otro día”.

“La reinserción es real, depende de cada persona. Aquí puedes aprender cosas buenas, también cosas malas, infinidad de cosas”.

Fotografías: Sandra Manríquez Tam y Erik Díaz Cordero

Textos: Claudia Dinorah Gutiérrez Andana, Janeth M. Rogelio Ruiz y Claudia Elena Lerma Arzola

El archivo fotográfico que refleja las historias de vida capturadas durante el Diagnóstico Penitenciario 2023, en los Centros de Reinserción Social del estado de Chihuahua, fue presentado al público en el corredor fotográfico del Paseo Bolívar de la capital, en conjunto con el Instituto de Cultura del Municipio; en el Centro Cultural San Antonio, ubicado en la ciudad de Cuauhtémoc y en la Casa Stallforth ubicada en la ciudad de Parral.

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