Chihuahua, Chih.- Sergio aún no cumplía los dieciocho años de edad cuando cruzó la puerta del Centro de Reinserción Social para Adolescentes Infractores (Cersai) #1, en Aquiles Serdán. Su historia, contada en la primera parte de este artículo, resume una realidad que se repite en múltiples centros del país: jóvenes que vivieron una infancia sombría para luego cumplir una sentencia en reclusión.
Sergio fue condenado a cinco años de internamiento por homicidio y lesiones graves. Su caso, si bien extremo, no es del todo excepcional. La Ley Nacional del Sistema Integral de Justicia Penal para Adolescentes publicada en el año 2016, permite que, a partir de los 12 años, niñas, niños y adolescentes puedan enfrentar medidas judiciales si cometen un delito.

Imagen: Comisión Estatal de los Derechos Humanos de Chihuahua
Por otro lado, existen sanciones de mayor grado, pero en México bajo ningún caso, pueden internarse en los Cersai a las personas que al momento del crimen tengan entre 12 y menos de 14 años de edad.

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¿Y cuál es la sentencia máxima para las y los adolescentes?
La sentencia de Sergio fue de las mayores que se pueden imponer, a quienes todavía no cumplen dieciocho años de edad. Con nerviosismo y agachando la mirada, acepta que el efecto del cristal fue decisivo para perder la razón y cometer el delito de homicidio. En el momento del crimen estaba bajo los efectos de dicha droga.

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Durante la entrevista, asegura estar rehabilitado, pero el camino ha sido tortuoso. Como se mencionó en la primera entrega, aprendió a fumar cristal a los diez u once años. Su mamá fue quien le enseñó y solían consumir juntos, en ocasiones también con su padrastro.
“Una vez estábamos fumando y me decían que si me quedaba dormido me iban a matar”. Sergio reconoce que probablemente era una broma, pero hallándose bajo los efectos del cristal era más sencillo atemorizarse, por lo que luchaba para no quedarse dormido. Tenía miedo de que su mamá o su padrastro lo atacaran.
En este contexto sobresale que la CEDH de Chihuahua documentó en su último Diagnóstico Penitenciario Varonil (2023) que 59% de las y los internos en los Cersai del estado, reportó haber vivido algún hecho de violencia y 42% identificó a alguna persona de su familia como agresora. Así pues, es posible deducir que más de la mitad de las y los jóvenes internos vivieron una infancia con mayores o menores niveles de maltrato.
“Es necesario poner énfasis en los contextos donde se desarrollan, desde el área preventiva y posterior al internamiento”.- CEDH, Chihuahua
El contexto donde Sergio vivió su infancia es poco alentador. De manera natural platica que nunca fue a la escuela y, si bien asiste a clases en el Cersai y le ayudan para que aprenda a leer y escribir, es prácticamente analfabeta. Su mamá y su papá se separaron cuando estaba pequeño y decidió permanecer con su madre para no dejarla sola, sin embargo, fue ella quien lo introdujo al mundo del cristal que afectó su desarrollo.
El Informe especial sobre las condiciones que viven las personas adolescentes y jóvenes en conflicto con la ley penal en los centros de internamiento 2023, de la CNDH, señala que a nivel nacional existen 45 centros para menores de 18 años de edad. En dicho informe, el principal delito es homicidio, seguido de portación de arma de fuego de uso exclusivo del ejército, armada o fuerza aérea y, en tercer lugar, se encuentra el robo. Chihuahua, según dicho estudio, tiene el segundo lugar nacional por homicidio.
El tipo de delitos por los cuales las personas del Cersai #1 y Cersai #2 se encuentran bajo un procedimiento penal en curso o sentenciadas, son en su mayoría: homicidio, feminicidio, violación y portación de arma de fuego; según detalla el último diagnóstico penitenciario de la CEDH de Chihuahua.
Antes de 2016, Chihuahua aplicaba su propia Ley de Justicia para Adolescentes Infractores. Con la entrada en vigor de la ley nacional, se unificaron criterios y procedimientos. Uno de los cambios más relevantes fue precisamente el relativo a las penas privativas de libertad ya que, anteriormente, las y los adolescentes podían ser sentenciados hasta con 15 años de internamiento mientras que, en la actualidad, la duración máxima son 5 años.

Imagen: Comisión Estatal de los Derechos Humanos de Chihuahua
¿Y cómo prevenir la comisión de delitos por parte de niñas, niños y adolescentes?
En el estado de Chihuahua, según relata la CEDH, resulta de vital importancia prestar atención al tema de adicciones entre niñas, niños y adolescentes, así como al maltrato infantil. La mayoría de la población en situación de internamiento comenzó el consumo de sustancias psicoactivas a muy temprana edad lo que, posteriormente, desencadenó el abandono escolar, robo a familiares o extraños y problemáticas que incluso terminaron en el homicidio de sus progenitores o seres cercanos.

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De la misma manera, resultaría provechoso implementar planes de seguimiento post liberatorios, en el Cersai #1, aproximadamente el 50% de la población no contaba al momento del estudio con alguna red de apoyo exterior que les visite durante su proceso o sirva de soporte al momento de cumplir con su sentencia. Quizá por eso la infancia de cristal no termina con una sentencia, empieza mucho antes, donde nadie mira, en un hogar donde el miedo y el abandono se camuflan de rutina.
Vía: DH Noticias, Comisión Estatal de los Derechos Humanos de Chihuahua